Querid@s amig@s, compañer@s y, en general, todo aquél que lea estas palabras:
Pido para tod@s vosotr@s Paz, Salud y que el Amor inunde todas y cada una de vuestras moradas.
Pero
no puedo dejar de tener un recuerdo especial para esos ciudadanos que
están en paro y sufren sus consecuencias; para ellos y sus familias
serán unas Navidades un poco menos generosas, en las que a buen seguro
faltarán los juguetes para los peques, mientras los mayores hacen
malabarismos para, al menos, tener una cena de Nochebuena como Dios
manda.
Se
acercan esos días en los que felicitaremos al prójimo entre brindis de
champán y bocaditos de turrón, desbordaremos Paz y alegría, trataremos
de ser mejores con nosotros mismos y con los demás, cosas que solemos olvidar el resto del año. Hagamos que éste año eso no ocurra.
Que
el Niño Dios otorgue Paz entre todos los habitantes de la Tierra, luz
para el entendimiento entre todos los hombres, recursos para sacar de
la pobreza a los necesitados y amor para poder compartirlo entre todos.
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